El panadero (Luisa Fernanda Ospina Reyes)

Había una vez un panadero, que aunque era muy humilde con su profesión, él no quería ser panadero, él quería ser un pintor, ya que todos los días por la noche hacia un dibujo y lo guardaba en el sótano.

Un día, por el camino tropezó con una concha, algo que era muy raro, porque él vivía en la ciudad, sin embargo la guardó en su chaqueta, ya que era muy preciosa.

Al llegar a la panadería se cambió y puso la chaqueta en el perchero, y se puso a amasar, pero de repente sintió que detrás de él había algo, se dio vuelta y vio la concha flotar en el aire, no le dio miedo y la tocó, luego de la nada escuchó una voz que le decía: “piensa en tu mas grande sueño”, y de inmediato pensó en ser pintor famoso, tan famoso, que hasta tuviera su propio museo.

Al día siguiente despertó en una acama cómoda y grande, al dar un vistazo se dio cuenta que estaba en una alcoba muy grande, llena de joyas y pinturas, él se sentía como si estuviera en el paraíso. De repente volvió a escuchar esa voz, y esta vez le decía: “ya eres un pintor famoso y con tu propio museo lleno de las pinturas que guardabas en tu sótano, sin embargo la pendería sigue siendo tuya”, el panadero se sintió tan bien que hasta empezó a saltar en su cama.

De ahí en adelante él siguió pintando por las noches y trabajando en la panadería por el día, claro eso sí, con una gran diferencia, era la panadería más famosa.