Había una vez dos niños, uno se llamaba Julián y el otro Andrés. Ellos les decían a sus padres que no exilian los fantasmas, ya que como ellos eran muy pequeños no entendían si realmente existían los fantasmas.
Más adelante cuando Julián y Andrés eran adolescentes, sus padres murieron en un accidente. Donde ellos vivían todo el mundo decía que en una casa embrujada había fantasmas, que las puertas rechinaban, las ventanas se abrían y se cerraban, se escuchaban voces raras; entonces Julián y Andrés les dijeron a todo el mundo que ellos podían entrar a esa casa embrujada sin que les pasara nada.
Así que un día ellos dos entraron a esa casa embrujada, uno de los vecinos les mostró la casa; ellos entraron, cuando se pararon en frente de la casa la puerta se abrió sola, ellos entraron y la puerta se cerró sola. Julián y Andrés estaban muy asustados, de repente ellos escucharon rechinidos, voces extrañas, gritos. Los dos subieron las escaleras y entraron a un cuarto oscuro, la puerta se cerró sola de nuevo, intentaron abrirla pero no pudieron, ellos gritaban y gritaban pero como la casa estaba abandonada no había nadie.
Después de tres horas pudieron salir de ese cuarto oscuro, cuando salieron vieron dos nubes blancas, ellos se preguntaron qué era, después escucharon un par de voces que les hablaban y ellos decían: Auxilio fantasmas, nadie nos va a ayudar, qué quieren de nosotros! Y los fantasmas les respondieron: nosotros queremos sus almas! Así que los dos fantasmas les quitaron las almas a Julián y Andrés, ellos murieron.
Nadie supo lo que paso con ellos, unos dicen que desparecieron, otros dicen que murieron y otros dicen que se asesinaron, en fin no se sabe qué paso con ellos.
estubo muy bueno y a la vez tenebroso
ResponderEliminarPAULA AVILA 605
el cuento es muy creativo y ala misma vez terrorifico esta chebre te felicito
ResponderEliminarleidy daniela pinzon bohorquez 605