Había una vez una princesa que se llamaba Miranda, vivía en un enorme castillo con su padre el rey, la princesa estaba cansada de que su padre no la dejara salir, porque por fuera del castillo habían muchos duendes y magos sueltos y según su padre malos, y no la dejaría salir hasta que no los cogiera a todos. Pero su padre no se había dado cuenta con quién vivía, la bruja más mala del pueblo, vivía con él en el castillo, y era quien le había infundido el miedo al rey, ella era una de las principales enemigas de la princesa. La princesa un día estuvo a punto de descubrir dos verdades acerca de la bruja, la primera es que ella solo esperaba convertirse en reina, y la otra que tiene embrujados a todos los príncipes de las naciones, también a duendes y magos, pero la princesa no tuvo como probárselo a su padre y en vez de creerle la mandó a su cuarto castigada.
La princesa desde entonces no hallaba la forma de cómo delatar a la bruja delante de su padre. Pero un día a la princesa se le ocurrió ir hacia las celdas donde estaban presos los duendes y los magos, la princesa logró distraer a dos guardias y pudo hablar con un duende llamado Felipe, le contó todo brevemente y entre eso se entero que él era un príncipe, ella los liberó, a él y a los duendes y magos capturados. El rey escuchó muchos ruidos así que fue hacia las celdas, se sorprendió y ellos le contaron toda la historia, el rey les creyó y de inmediato la bruja huyó hacia el bosque, el rey la mandó ejecutar y se hizo justicia.
El príncipe Felipe pidió la mano al rey de su hija, el rey aceptó y la princesa Miranda y el príncipe Felipe vivieron felices por siempre.
ESTUBO MUY BUENO
ResponderEliminarFELICIDADES
muy bueno corto pero con contenido
ResponderEliminarJennyfer Pinzon B estudiante SENA